29 Ago Así es Telemarketing, la serie documental que desvela la historia de la estafa
En un mundo donde las llamadas de números desconocidos se han convertido en sinónimo de teleoperadores insistentes que intentan convencernos de cambiar
nuestras decisiones financieras, una nueva serie documental de HBO Max, titulada “Telemarketers”, se sumerge en los oscuros entresijos de una de las
estafas más significativas en la historia del telemarketing en Estados Unidos. La serie nos lleva a través de la travesía de cómo un grupo de
individuos poco probables se unió para recaudar millones de dólares mediante llamadas telefónicas en nombre de asociaciones benéficas, especialmente
relacionadas con las fuerzas del orden.
La trama se desarrolla en una época en la que responder a una llamada de un número desconocido se ha convertido en un riesgo potencial de lidiar con
teleoperadores dispuestos a utilizar cualquier táctica para persuadir a los destinatarios a reconsiderar su situación financiera. La serie
“Telemarketers” nos introduce a la empresa Civic Development Group (CDG), una entidad que en su apogeo recaudó cientos de millones de dólares en nombre
de organizaciones benéficas y sin fines de lucro relacionadas con el cumplimiento de la ley. El documental presenta a Sam Lipman-Stern, uno de los ex
empleados de CDG, quien se convierte en el narrador central de esta impactante historia de engaño y corrupción.
La serie documental está producida por los hermanos Safdie, conocidos por su trabajo en el cine independiente, y el actor Danny McBride. A través de la
narrativa, se explora cómo Lipman-Stern, siendo apenas un adolescente en 2001, encontró un empleo en CDG como teleoperador. Este joven skater de los
suburbios de Nueva Jersey dejó los estudios y se encontró en una situación en la que la compañía no solo no requería antecedentes penales, sino que
prácticamente reclutaba a individuos con historias criminales recientes o en libertad condicional, como asesinos, atracadores, camellos y prostitutas.
La empresa ofrecía una especie de escuela de vida que atraía a personas con pocas perspectivas laborales y les brindaba la oportunidad de una fuente de
ingresos.
La serie revela la escandalosa y desenfrenada cultura que imperaba en CDG. El ambiente de la empresa era un caos de excesos: alcohol, drogas, sexo
casual y comportamientos extravagantes. Los teleoperadores eran incentivados a superar una cuota mínima de recaudación, y aquellos que no lo lograban
enfrentaban el despido. Sin embargo, los que permanecían en la empresa se ganaban el título de “héroes” debido a sus habilidades persuasivas. Entre
ellos destacaba Pat Pespas, un teleoperador carismático y polémico que se convirtió en una leyenda del telemarketing. El documental captura momentos
impactantes, como Pespas consumiendo heroína antes de realizar llamadas telefónicas.
A medida que la serie se desenvuelve, se revela el funcionamiento interno de la estafa maestra. CDG, fundada por David Keezer y Scott Pash en los años
90, adoptó una estrategia en la que se presentaban como intermediarios altruistas entre las organizaciones benéficas y los donantes potenciales. A
cambio de recaudar fondos en nombre de estas organizaciones, CDG se apropiaba del 90% de los donativos. Inicialmente, los teleoperadores debían afirmar
que estaban llamando “de parte de la policía”, pero con el tiempo esta sutileza se desvaneció, y la compañía asumió el papel directo de representante
de las fuerzas del orden. Esto le permitió a CDG cosechar millones de dólares en donativos y convertirse en líder absoluto en el sector del
telemarketing.
Sin embargo, las prácticas fraudulentas de CDG finalmente llamaron la atención de las autoridades. El documental destaca cómo la Comisión Federal de
Comercio (FTC) impuso una multa de 18.8 millones de dólares a la compañía en 2010 por fraude. A pesar de la sanción, los líderes de la empresa, Keezer
y Pash, no enfrentaron cargos penales. El documental pone de manifiesto cómo las consecuencias legales no fueron suficientes para frenar la influencia
de CDG en la industria del telemarketing.
Una de las dimensiones más intrigantes de la serie es la relación entre los protagonistas y los teleoperadores. Sam Lipman-Stern, quien comenzó como un
joven inexperto en el mundo del telemarketing, se convirtió en uno de los héroes inesperados al documentar y denunciar las prácticas de CDG. Junto con
Pat Pespas, Lipman-Stern se embarca en una misión de dos décadas para exponer la verdadera cara de la industria del telemercadeo y poner fin a sus
prácticas fraudulentas.
“Telemarketers” destaca cómo la estafa de CDG no solo fue un hecho aislado, sino que inspiró a otras compañías de telemarketing a seguir su modelo una
vez que la empresa fue cerrada. Los teleoperadores convertidos en denunciantes continúan su lucha desde fuera de la industria, lo que lleva a una
reflexión sobre cómo esta historia impactó en la percepción pública de las llamadas telefónicas no deseadas y el telemarketing en general.